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Trabajadores freelancers

Los profesionales digitales apuestan por el teletrabajo y el coworking.

Atrás quedaron los tiempos en los que para ejercer una profesión necesitabas un despacho físico o una oficina. En la actualidad, los profesionales digitales prefieren trabajar en casa y contratar los servicios de un coworking para reunir a su equipo o para atender a sus clientes.

Parece que la pandemia del COVID-19 precipitó una situación que estaba destinada a ocurrir. El confinamiento al que estaba sometida la población, para frenar el avance del virus, obligó a que muchas actividades económicas se realizaran desde los domicilios. La vuelta a la normalidad no fue sencilla. Para afrontar las pérdidas generadas por el cese de la actividad, muchas empresas, profesionales y autónomos no tuvieron más remedio que reducir gastos fijos. Uno de ellos, el alquiler del lugar de trabajo. El desarrollo de los acontecimientos ha demostrado que algunas actividades profesionales, sobre todo las relacionadas con el mundo digital y determinados servicios, pueden desempeñarse de una manera deslocalizada. Obteniendo el mismo nivel de productividad.

Muchas empresas se muestran reticentes a aplicar un sistema de teletrabajo. Dicen que el rendimiento de los trabajadores disminuye si trabajan en sus casas. Por eso, han optado por aplicar sistemas mixtos. Unos días a la semana, los trabajadores trabajan en remoto y otros días asisten a las oficinas. En empresas pequeñas y start ups se opta por alquilar puestos o despachos en cowokings, más económico que una oficina tradicional.

Respecto a los profesionales liberales, no hay mucha diferencia de productividad cuando trabajan en sus domicilios a cuando lo hacen en un despacho. Tienen un alto nivel de autodisciplina y su ritmo de trabajo lo marca su relación con los clientes. Quizás, el mayor problema está en disponer de un lugar adecuado para atenderlos presencialmente cuando sea necesario. Algo que se puede resolver sin problemas gracias a la flexibilidad de los coworking.

Así ha cambiado el panorama profesional en nuestro país en los últimos cuatro años.

Ahorrar costes, flexibilizar el servicio.

Pedro trabaja de diseñador web en su piso de Nou Barris de Barcelona. Nos cuenta que ha contratado la oficina virtual y alquila salas de reuniones ocasionalmente en Mitre, 126 Workspace, un coworking del centro de la ciudad.

La oficina virtual es un servicio que prestan los coworking por el cual, una empresa o un profesional pueden domiciliar su correspondencia en este centro de servicios. Allí puede ubicar su domicilio fiscal. El lugar al que se dirige las facturas y las comunicaciones de clientes y proveedores. Nos indica Pedro, que asociar tu domicilio comercial a un edificio de oficinas o en un coworking siempre da una impresión de mayor profesionalidad que si comunicas la dirección de en un piso residencial. Un detalle que es beneficioso a la hora de captar nuevos clientes.

Desde una habitación de su casa, que ha habilitado como despacho, Pedro realiza desde su ordenador su trabajo diariamente. Le resulta cómodo. A veces, cuando tiene que presentar un encargo con urgencia, se puede quedar trabajando hasta altas horas de la noche.

El problema radica cuando tiene que reunirse con el cliente. Hay asuntos, nos cuenta, que no se pueden tratar por videollamada. Sobre todo al principio, cuando es fundamental crear una relación de confianza.

Antes solía quedar con los clientes en la cafetería de algún hotel de Barcelona. Pero estos no son lugares para trabajar, hay muchas distracciones. Alquilar por horas una sala o un despacho de un coworking imprime mayor seriedad a la entrevista y permite realizar exposiciones más o menos numerosas para presentar nuevos proyectos y servicios.

Los profesionales freelance teletrabajan.

En su blog, el portal de empleo Infojobs resalta que el teletrabajo ha sido la modalidad de trabajo escogida por profesionales autónomos que prestan servicios a varios clientes, relacionados con el mundo digital y con la información. Estos son algunos de los trabajos que más se suelen realizar en remoto:

  • Redactores y correctores. El mundo digital requiere de una gran cantidad de escritores que redacten textos para páginas web o que los optimizan para captar la atención de los usuarios. En los últimos tiempos han surgido nuevas profesiones como los Copywritter, que se dedican a escribir textos persuasivos orientados a la venta, o como los redactores SEO. Este es un trabajo que mayoritariamente se hace en remoto.
  • Programadores informáticos. Los programadores independientes que suelen trabajar para varios clientes o empresas suelen hacerlo desde casa. Esto se debe a que en su domicilio pueden tener un mayor nivel de concentración. Muchos de estos profesionales ofrecen presupuestos por proyectos, no facturan por horas. Por lo que les interesa terminar los trabajos lo antes posible, sin estar sujetos a horarios. Una modalidad de programación que ha cogido fuerza en los últimos años y que también se inclina por el teletrabajo, son los desarrolladores de aplicaciones digitales.
  • Diseñadores gráficos. El diseño gráfico, sobre todo el digital, es una profesión que ha evolucionado ligada a la figura del freelance. Por lo tanto, es una actividad que está preparada desde su nacimiento para teletrabajar. Se trata de otro trabajo que funciona por encargos y proyectos.
  • Periodistas digitales. En los últimos tiempos, una buena parte del periodismo se está desarrollando en remoto, en detrimento de las antiguas plantas de redacción de los periódicos. Esta modalidad del periodismo ha cogido relevancia, sobre todo a raíz del auge del periodismo digital. Con frecuencia, el periodista debe encargarse no solo de la redacción, sino también de la edición de la noticia. Por lo que debe tener conocimientos básicos de edición web, de fotografía y de video.
  • Community manager. La gestión de las redes sociales es una poderosa herramienta de promoción para las empresas. Permite darse a conocer entre un público interesado, el cual, tiene muchas posibilidades de transformarse en cliente. Para gestionar adecuadamente las redes sociales se necesitan profesionales que se dediquen exclusivamente a ello. Es la razón por la que surgió la profesión de community manager. Una labor que se realiza principalmente en condiciones de teletrabajo.
  • Consultores. Esta es otra actividad que se suele realizar en remoto. El profesional analiza un aspecto del trabajo de su cliente y se lo comunica por medio de un documento y con entrevistas por videoconferencia. El ámbito de los consultores es amplísimo y suelen regirse por la especialización. Puedes contratar un consultor SEO que te haga una auditoría de una página web o un consultor de marketing, que supervise la viabilidad de una campaña.

El teletrabajo permite, además, poner en marcha proyectos descentralizados. Empresas en las que cada uno de los trabajadores trabaja desde una ubicación geográfica distinta e, incluso, desde una ciudad o un país diferente.

Los coworking se han convertido en el espacio de los TIC.

La revista de emprendimiento digital It Talent señala que el 20% de los usuarios habituales de coworking trabajan en el sector TIC (Tecnología de la Información y la Comunicación). Trabajos ligados a la economía digital.

En el mundo se calcula que existen más de 40.000 espacios de coworking. Se cifra en 5 millones el número de usuarios de los mismos. De ellos, alrededor de un 40% son trabajadores freelances.

Para los freelances, un coworking crea un ámbito de trabajo que rompe el aislamiento y la soledad que se suele vivir trabajando desde casa; pero, sobre todo, permite conocer a otros profesionales con los que establecer colaboraciones. El networking o la sinergia profesional es un fenómeno que ha ido de la mano de los coworking desde su aparición.

Los coworking no solo son adecuados para un profesional autónomo, representan un espacio físico perfecto para determinados tipos de empresas. Unas de ellas son la Start Ups. Empresas en estado embrionario que están abriendo un sector del mercado y que en sus primeras fases necesitan ahorrar costes para poder ser viables.

Para una Start Ups, un coworking significa utilizar las instalaciones solo cuando sea necesario y pagar solo por el tiempo en que se han usado. Pueden utilizar el coworking unos días determinados para reunir al equipo o para entrevistarse con los clientes. Un ahorro de costes que resulta vital para una empresa digital que acaba de nacer.    

Las pequeñas empresas de servicios virtuales son otro tipo de empresas para las que los coworking son una solución perfecta. Se trata de empresas de servicios formadas por profesionales en las que cada uno de ellos se encarga de un aspecto distinto de la producción. Una empresa en la que uno de los socios es programador, el otro es diseñador web y otro se encarga de vender el servicio y de atender a los clientes, por poner un ejemplo. Los coworking permiten que los trabajadores estén en contacto entre sí y que el equipo se coordine.

Las empresas de distribución o servicios que realizan su actividad en diferentes ciudades del país han encontrado en los coworking un recurso valioso. Les permite disponer de una oficina comercial eventual en la ciudad sin tener que abrir una sucursal física.

La economía está en continuo movimiento. Se requieren de soluciones flexibles para adaptarse a esta situación cambiante. Una flexibilidad que los profesionales digitales han encontrado en los coworking y en el teletrabajo.

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