Con el paso de los años, se suceden también los avances en derechos sociales para los trabajadores y las trabajadoras. Y nos alegramos de que así sea porque ya sabéis cómo funciona el mercado: si una persona es feliz trabajando, será mucho más productiva para la empresa u organización a la que dedique su tiempo. Si la situación fuera la contraria, podríamos decir que esa persona no iba a realizar su actividad con la presteza con la que la realiza cuando tiene una sonrisa en la boca y acude feliz cada día a su puesto de trabajo.
Existen muchas maneras de motivar a la plantilla que constituye una empresa. Muchos y muchas estaréis pensando, y con razón, que el dinero es una de las motivaciones más grandes. Y es que no cabe duda de que es así. Pero no se trata del único medio a través del cual tenemos la posibilidad de conseguir que alguien se sienta feliz durante cuarenta horas a la semana. El ambiente en el trabajo, la tranquilidad que otorga el saber que se están respetando nuestros derechos y la flexibilidad horaria son asuntos que también tienen un rol importante en relación a todo esto.
Precisamente sobre el horario queremos hablar en el siguiente artículo. En los últimos tiempos, este se ha convertido en uno de los asuntos estrella de la vida. Hay quien está implementando jornadas de cuatro días a la semana y personas que ya se están beneficiando de ello. En algunas empresas, también ha salido hacia delante la jornada intensiva no solo durante los meses de verano, que es lo habitual, sino también a lo largo de todo el año. Cualquiera de estos avances está bien, por supuesto, pero todo ha cambiado a raíz de la obligatoriedad de fichar en el trabajo.
En una información publicada por el portal web Statista se hacía un balance de toda la población ocupada en España entre los años 2010 y 2022. El 2022 fue el segundo año dentro de este periodo que más población ocupada tuvo por detrás del año 2019 con 19’46 millones de personas. Imaginaros la cantidad de gente que se ha visto beneficiada por todo lo que tiene que ver con un control horario. Las horas extra sin pagar se acabaron y la puntualidad a la hora de entrar y salir se ha convertido en algo mucho más habitual gracias a esto.
La tecnología se ha convertido en la mejor aliada para gestionar todo lo que tiene que ver con el control horario. No podía haber sido de otra manera, desde luego. Según lo que nos han indicado desde Programes de Gestió, la mayoría de las empresas que disponen hoy de un registro horario controlado por un software se plantearon incorporarlo no solo a causa de la entrada en vigor de la ley que lo regula, sino sobre todo gracias a ese avance tecnológico que ha gobernado nuestra actualidad en los últimos años y que va a seguir de nuestro lado a medida que siga pasando el tiempo.
Una mejora que lo es en calidad de vida
Ni que decir tiene que un avance en materia laboral lo es también en lo que tiene que ver en calidad de vida. Gracias a esto, se abren dos posibles escenarios: el de la paga de las horas extras trabajadas o el de la devolución de esas horas hechas de más. En cualquiera de los dos casos salimos ganando. El tiempo y el dinero son dos de los bienes más preciados por el ser humano a lo largo de su vida.
Durante muchos años, conseguir esa mejora ha sido totalmente imposible. Hemos tenido que ver cómo otros países desarrollaban sus leyes horarias sin que en España hubiera visos de que saliera adelante. Por fin, en 2019, salió para delante y ya se benefician de ella muchas personas. Eso sí: hay que pulir algunas cosas, porque sigue habiendo gente que, como fichaje, apunta la hora de entrada y la de salida en un papel, con el consiguiente engaño que se puede realizar. A un software que cuente con la mejor tecnología no se le puede engañar, desde luego. De ahí la diferencia entre una cosa y otra.
Está claro que el software tecnológico que registre el horario de los empleados va a ser obligatorio y que ese registro, más pronto que tarde, no se va a poder realizar en papel. Ni que decir tiene que constituirá un nuevo avance que así sea. Existe la necesidad de conseguir por todos los medios que la gente sea feliz en el trabajo y que no tenga que pasarse media vida allí. De aspectos como estos dependerá la felicidad de las personas y, por ende, porque las dos cosas están muy ligados, la productividad en nuestra economía.