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Tejado

Las nuevas cubiertas previenen daños en los tejados.

El tejado es una de esas partes de la casa a la que debemos prestar una atención especial. En el momento en el que apreciemos un desperfecto, debemos repararlo lo antes posible. De esta manera evitamos que se formen goteras, filtraciones y humedades.

Las goteras son el síntoma más evidente de que tenemos el tejado dañado. En el piso superior del edificio van cayendo gotas de agua cuando llueve en algunas de las habitaciones. Por lo general, las goteras van en aumento. En un primer momento, descubrimos una gotera, pero si no la reparamos, la gotera se hace más grande o aparecen otras nuevas.

En ocasiones, la entrada de agua a través de un tejado averiado no provoca goteras en el piso inmediatamente inferior, sino que el agua va discurriendo por el interior de la construcción usando los recovecos que encuentra a su paso. Así, por ejemplo, en un bloque de 5 alturas, podemos encontrar goteras en el tercer piso provocadas por los daños que hay en el tejado.

La filtración del agua es peligrosa para un edificio. Ya que además puede dañar elementos estructurales. Por otro lado, las filtraciones de agua suelen ser causa de humedades.

El tejado también influye en el aislamiento térmico de una vivienda. Un tejado, en mal estado, afecta a la climatización de la casa. Nos costará, por tanto, más esfuerzo y energía caldear la casa en invierno.

Por suerte, los avances tecnológicos mejoran el acondicionamiento de los tejados. Lo podemos apreciar en la calidad de los materiales de construcción y en el empleo de las nuevas cubiertas, que previenen muchos de los daños que suelen sufrir los tejados. Lo vemos a continuación.

Los daños en los tejados.

La reparación de los tejados es una tarea necesaria cada cierto tiempo. En el caso de los tejados de teja, unos de los más habituales, su duración puede llegar a los 50 años. Las condiciones climáticas, el paso del tiempo o una instalación deficiente pueden deteriorarlas. Cuando esto ocurre, es importante actuar a tiempo y realizar una rehabilitación que devuelva al tejado su capacidad protectora.

Los daños en un tejado de teja pueden deberse a varias causas. Uno de los problemas más comunes son las goteras, resultado de la pérdida de impermeabilidad. Con los años, las tejas se vuelven más porosas y permiten el paso del agua. También pueden aparecer grietas por las temperaturas extremas o por el desgaste del mortero que las sujeta. Si no se repara a tiempo, la filtración de agua puede afectar tanto a la estructura como a las habitaciones inferiores.

Otro daño frecuente son las tejas sueltas o arrancadas por el viento. Aunque las tejas están diseñadas para resistir fuertes rachas, los tejados más antiguos son más vulnerables. En estos casos, la única solución es sustituir las piezas dañadas.

La aparición de musgo o moho también es perjudicial. Aunque a veces se percibe como algo decorativo, el crecimiento excesivo de estos hongos puede levantar las tejas y favorecer la humedad. Es necesario eliminarlos y, si el daño es considerable, reemplazar las zonas afectadas.

Los animales, especialmente las aves, golondrinas y palomas, también causan deterioro en los tejados. Sus excrementos tienen efectos corrosivos y algunas especies levantan tejas para anidar. Esto deja el tejado expuesto al clima.

Nunca hay que olvidar la estructura interna del tejado. Con los años puede debilitarse. En estos casos se requiere una reparación más profunda, sustituyendo las partes dañadas.

Realizar una revisión anual ayuda a detectar estos problemas a tiempo y evita reparaciones mayores, garantizando que el tejado se mantenga en perfecto estado durante muchos años.

Las reparaciones más frecuentes.

El blog de la cadena de hipermercados para el bricolaje Bauhaus señala que la reparación de goteras es la intervención más habitual para eliminar daños en los tejados. En este sentido, nos ofrece una guía bastante útil para que podamos hacerlo nosotros mismos. Sin embargo, no es la única reparación frecuente que se efectúa en esta parte del edificio. Estas son otras de las reparaciones más habituales:

  1. Sustitución del salpicadero.

El salpicadero o tabla de madera que se encuentra bajo el borde del tejado y detrás de los canalones protege la estructura frente a la lluvia y otros agentes externos. Cuando se deteriora o no está bien fijado, puede causar filtraciones, aparición de moho, grietas o incluso la entrada de pequeños animales. Si el daño es leve, se pueden sustituir solo las partes afectadas; si es grave, será necesario cambiar toda la tabla. Una revisión profesional ayuda a detectar a tiempo este tipo de problemas.

  1. Sustitución de la cubierta deteriorada.

La cubierta sostiene las tejas y forma parte esencial del tejado. Suele estar hecha de contrachapado resistente, pero la humedad puede deformarla, pudrirla o separar sus capas. Este deterioro ocurre cuando el agua se filtra desde el exterior, el aire húmedo sube desde el interior o la ventilación es insuficiente. Sustituir la cubierta dañada garantiza la estabilidad del tejado y evita daños mayores.

  1. Reparación de los tapajuntas.

Los tapajuntas sellan las uniones más vulnerables, como chimeneas, claraboyas, etc. Si se desgastan o se instalan mal, permiten filtraciones. Están fabricados con materiales resistentes al clima, como acero o aluminio, y deben revisarse regularmente.

  1. Reemplazo de tejas.

Las tejas protegen la superficie del tejado frente a la intemperie. Con el tiempo pueden agrietarse, curvarse o desprenderse, dejando entrar la humedad. Es importante revisarlas tras tormentas o fuertes vientos y sustituir las dañadas de inmediato para evitar reparaciones más costosas.

  1. Limpieza del tejado y los canalones.

Las ramas, hojas o suciedad acumulada provocan obstrucciones y agua estancada. Limpiar el tejado y los canalones, así como podar los árboles cercanos, previene filtraciones y la podredumbre de la cubierta. También es recomendable instalar bordes de goteo que desvíen el agua, evitando que se infiltre bajo la cubierta y prolongando la vida útil del tejado.

El tejado es una parte sensible del edificio.

Así lo señala el blog de la página web de la marca de materiales de construcción Terreal, que de esta manera pone en valor el mantenimiento de esta parte del edificio.

El mantenimiento regular del tejado es fundamental para conservar su buen aspecto y garantizar que continúe cumpliendo su función de protección frente a la lluvia, el viento y el sol. Igual que ocurre con un coche, revisarlo periódicamente evita daños mayores y prolonga su vida útil. Vigilar las zonas más expuestas permite detectar a tiempo pequeños problemas que, si se descuidan, pueden agrandarse.

Una de las tareas básicas es la limpieza de los canalones, encargados de evacuar el agua de lluvia. Se recomienda limpiarlos al menos una vez al año y revisar que no existan grietas ni uniones deterioradas. Del mismo modo, eliminar el musgo, los líquenes y los hongos de las tejas ayuda a evitar filtraciones.

Otra medida importante es asegurar una correcta ventilación del tejado y del ático, lo que impide la acumulación de humedad y previene la aparición de moho. También conviene revisar los marcos y conexiones de las ventanas de tejado, donde suelen acumularse residuos.

Las zonas cercanas a chimeneas y canalones metálicos requieren una atención especial, ya que son puntos propensos a filtraciones. Finalmente, revisar las tejas y sustituir las piezas sueltas o dañadas garantiza la estabilidad de toda la cubierta y mantiene la vivienda protegida frente a cualquier inclemencia climática.

Nuevas cubiertas.

Como ya imaginarás, la cubierta es la plancha o panel que se encuentra debajo de las tejas. Las cubiertas modernas que se utilizan en la construcción previenen muchos de los daños habituales que suelen sufrir los tejados. Los técnicos especialistas de Cubiertas Estevez, una empresa de Madrid que lleva más de 25 años dedicados a la reparación de tejados y a la instalación de cubiertas, nos mencionan los paneles sándwich y el Onduline bajo teja, como algunas de las soluciones más novedosas. Pero hay más, te las comentamos a continuación.

  1. Paneles sándwich. Son estructuras formadas por dos chapas metálicas (normalmente de acero o aluminio) con un núcleo aislante entre medias. Ofrecen un excelente aislamiento térmico y acústico, con una instalación rápida y un bajo mantenimiento.
  2. Onduline Bajo Teja. Este es un sistema ligero y flexible compuesto por láminas onduladas que se colocan bajo las tejas tradicionales. Mejoran la impermeabilización del edificio y evitan filtraciones de agua. Es muy usado en rehabilitación de cubiertas.
  3. Cubiertas ventiladas. Estas cubiertas incorporan una cámara de aire entre la capa de aislamiento y el revestimiento exterior, favoreciendo la ventilación natural. De esta forma reducen la humedad, mejoran el confort térmico en verano y en invierno, y prolongan la duración de los materiales.
  4. Cubiertas ajardinadas. Se instalan con una capa vegetal sobre una base impermeable y drenante. Mejoran el aislamiento del edificio, absorben CO₂, y aportan valor estético.
  5. Cubiertas fotovoltaicas integradas. Estas cubiertas sustituyen las tejas por módulos solares integrados en la cubierta. Generan energía eléctrica sin afectar la estética del edificio.

Como estamos viendo, la tecnología industrial, en cuando a materiales y soluciones, mejora la seguridad de nuestros tejados.

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